El pasado 20 de octubre ASIEM y Pobreza Zero organizamos las Jornadas de Pobreza y Salud Mental, con la financiación de la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática. Siendo el primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible “El fin de la pobreza”, el objetivo era crear un espacio de reflexión acerca de la relación entre la pobreza, la exclusión social y la salud mental, así como para promover medidas y recursos de carácter político y social.

En la Jornada contamos con las conferencias de Miguel Laparra, profesor de la universidad Pública de Navarra y Araceli García, trabajadora social sanitaria y profesora de la universidad de Valencia. Teniendo en cuenta que 1 de cada 5 personas en exclusión social tienen un problema de salud mental, de ambas conferencias podemos extraer que las políticas de trazo grueso que se están usando para abordar la exclusión social, no son suficientes para el colectivo de personas con problemas de salud mental y que es necesario incidir sobre los condicionantes sociales específicos que afectan a estas personas desde la vía social y comunitaria.

Precisamente, sobre como incidir en estas situaciones de exclusión social y de pobreza en este colectivo, trataba la segunda mesa de las jornadas. Ricardo Fontana de la Dirección Provincial del INSS, presentó un resumen de las pensiones y prestaciones que se pueden solicitar como medida de apoyo económico. Por su parte, Araceli Oltra, nos presenta el programa SASEM: Servicio de Atención y Seguimiento para la Enfermedad Mental Grave, cuyo objetivo es el de garantizar la estancia de la persona en su domicilio y comunidad, trabajando con la propia persona y la familia, así como en la comunidad a la que pertenecen.
Finalmente, con la intervención de Noemi López coordinadora del área de empleo y formación de ASIEM, se constata la relación entre el desempleo y la exclusión sociolaboral y la aparición de problemas de salud mental.

En resumen, la pobreza y la exclusión social favorecen la aparición de problemas de salud mental y condicionan el transcurso de los mismos, al mismo tiempo que tener problemas de salud mental es un factor de riesgo para sufrir exclusión social. Por lo tanto, teniendo en cuenta esta relación bidireccional, la gran conclusión obtenida de esta jornada de debate es que nos debemos alejar de esas políticas públicas no individualizadas que no tienen en cuenta las características concretas de este colectivo y que contribuyen a mantener su exclusión social.

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