Información en Salud Mental

Los problemas de salud mental figuran actualmente entre las patologías más comunes en la sociedad. De hecho, se calcula que alrededor del 25% de la población padecerá alguna enfermedad o trastorno mental a lo largo de su vida. Aunque en España hay más de un millón de personas que desarrollan una de estas complicaciones, los problemas de salud mental siguen siendo socialmente poco conocidos y las personas que los padecen pueden ser víctimas del estigma social y de la discriminación, ambos alimentados por estereotipos y prejuicios que nada tienen que ver con la realidad. Por eso es muy importante no ocultar el problema y darlo a conocer para que la sociedad reconozca que, ante la enfermedad hay personas que sufren por no poder desarrollar su proyecto de vida, pues, además de tener que enfrentarse a la propia discapacidad que genera la enfermedad, tienen que vencer la discriminación a la que se ven sometidas, discriminación que lastra su recuperación y dificulta su plena integración en la sociedad.

Estas son algunas recientes declaraciones de la Organización Mundial de la Salud:

  • Una de cada cuatro personas, o lo que es lo mismo el 25% de la población, sufre un trastorno mental a lo largo de su vida.
  • 450 millones de personas en todo el mundo están afectas por una enfermedad mental, neurológica o conductual que dificulta gravemente su vida. Todas las personas corremos riesgo de tener problemas de salud mental.
  • Se prevé que los trastornos mentales aumentarán considerablemente los próximos años.
  • Las enfermedades mentales representan el 12,5% de todas las patologías, un porcentaje superior al del cáncer y los trastornos cardiovasculares.
  • 5 de las 10 primeras causas de discapacidad son debidas a problemas relacionados con la salud.
  • El 22% de la población padece episodios de ansiedad y depresión en algún momento de su vida, y son estas las principales causas de incapacidad en todo el mundo y la cuarta parte de las visitas a los centros sanitarios.
  • Un 1% de la población desarrollará alguna forma de esquizofrenia a lo largo de su vida.
  • Menos del 25% de los afectados es diagnosticado y tratado correctamente en los paáses occidentales, aunque existen tratamientos efectivos para la mayoría de trastornos, y si se utilizaran correctamente podría permitir su completa integración en la sociedad, pero todavía en la mayoría de los paáses hay barreras en su atención y reintegración.
  • El 70% de la población mundial tiene acceso a menos de un psiquiatra por 100.000 habitantes.
  • Entre el 70 y el 80% de las personas con enfermedad mental están en situación laboral de desempleo.

 

TRASTORNO MENTAL GRAVE

El término Trastorno Mental Grave es utilizado para definir un extenso grupo de pacientes que sufren una enfermedad mental de larga duración. En España entre el 2,5% y el 3% de la población adulta padece una enfermedad mental grave, es decir, más de un millón de personas. La definición más representativa y que ha alcanzado un mayor consenso incluye estas tres dimensiones:

  1. Diagnóstico: Incluye trastornos como esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo, trastorno bipolar, algunos trastornos obsesivo-compulsivos o algunos trastornos de la personalidad.
  2. Duración de la enfermedad y del tratamiento: Tiempo superior a los dos años.
  3. Presencia de Discapacidad: Una disfunción moderada o severa del funcionamiento global, que indica una afectación del funcionamiento laboral, social y familiar.

 

ESQUIZOFRENIA

Es un trastorno psicótico y la más común de las enfermedades mentales graves. Suele aparecer de forma aguda. Altera la capacidad de las personas en muy diversos aspectos psicológicos como el pensamiento, la percepción, las emociones o la voluntad.

Se dividen los síntomas en dos grandes grupos: los positivos y los negativos, esta división no tiene nada que ver con que unos sean buenos y otros malos.

Los positivos consisten en aquellas manifestaciones anormales, suelen aparecer en las fases agudas que experimentan o hacen los pacientes, como percibir cosas que no existen (alucinaciones) o pensar que ocurren cosas que no son verdad (delirios).

Los negativos consisten en aquellas manifestaciones que hacen pensar que el sujeto está perdiendo capacidades para pensar, sentir o hacer cosas con normalidad. Por ejemplo, dejar de hablar con fluidez, tener interés por las cosas o las personas, o levantarse cada día.

Es una enfermedad crónica, compleja, donde las personas que la sufren a menudo no tienen conciencia de estar enfermas; y que no afecta por igual a todos los pacientes, ni en síntomas, ni en la gravedad de los mismos.

Lo más común es sufrir alteraciones importantes en su funcionamiento social y personal, necesitando para su recuperación la combinación de estrategias que incluyen farmacología (medicación), psicología, y apoyo de recursos sociales y laborales complementarios para facilitar su reintegración social y laboral.

También es relevante para disminuir las recaídas de esta enfermedad la intervención en el ámbito familiar. Aparece normalmente en la adolescencia, y afecta a un 1% de la población mundial. Existen tratamientos muy efectivos para las crisis.

Síntomas de la enfermedad:

  • Trastornos del pensamiento: se manifiesta en la práctica por el hecho de que el paciente dice cosas que para los que le rodean no tienen sentido.
  • Delirios: Falsas creencias que no pueden desarraigarse, ideas absolutamente falsas que el paciente cree ciegamente (creerse perseguido por alguien).
  • Paranoia: Pensar que hay personas le quieren hacer daño.
    Alucinaciones: Consiste en percibir cosas, sonidos o sensaciones que en realidad no existen.
  • Negación de la enfermedad: Se trata de negar absolutamente que exista la enfermedad, es decir, el paciente no es consciente de que está enfermo.
  • Cambios en las emociones: Las emociones pueden presentarse como inafectivas o fuera de control y muy aumentadas. La inafectividad puede conducir a una carencia de expresión facial y a una apariencia de desinterés generalizado por lo que acontece. Las emociones también pueden estar fuera de lugar, por ejemplo, llorando ante algo divertido.
  • Aislamiento: Conducta por la que el paciente se encierra en si mismo y en su mundo interior, con muchas dificultades para su relación con el exterior.
  • Falta de motivación: la persona puede sentirse agotada y sin motivación, puede perder el interés por la vida, también es posible un desorden en el autocuidado, limpieza y orden.
  • Síntomas de ansiedad y síntomas depresivos: Es muy posible que el paciente se encuentre inquieto y ansioso, es la angustia provocada por el sentimiento de que algo grave está ocurriendo y de que no pueda hacer nada para evitarlo. Pueden aparecer asimismos sentimientos depresivos, y es muy común la baja autoestima.

La mayor parte de la gente que padece Esquizofrenia no tiene todos estos síntomas. Del mismo modo, algunas personas se ven más severamente afectadas que otros.

Formas de la enfermedad:

No todas las esquizofrenias son las mismas ni todas evolucionan igual ni requieren el mismo tratamiento.

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD

Son un conjunto heterogéneo de diagnósticos y síntomas en salud mental en las cuales una persona tiene un patrón prolongado de comportamientos, emociones y pensamientos que es muy diferente a las expectativas de su cultura. Estos comportamientos interfieren con la capacidad de la persona para desempeñarse en las relaciones interpersonales, el trabajo y otros escenarios. Además de, en ocasiones, generar un sufrimiento notable a la persona que la padece.

SÍNTOMAS

Los síntomas varían ampliamente dependiendo del tipo de trastorno de la personalidad. Es muy común en los trastornos de personalidad confundir los síntomas con el carácter o la personalidad de la persona que los padece. En general estos patrones comienzan en la adolescencia y pueden llevar a problemas en situaciones laborales y sociales.

Se llaman trastornos de la personalidad porque afectan a la totalidad de las características de la persona: conducta, emociones, pensamiento, y en la forma de mostrarse o relacionarse.

Aunque hay épocas de mejoría o de gravedad, se entiende que los trastornos de personalidad son trastornos crónicos, porque hay una estabilidad en los síntomas manifestados, la persona “casi siempre” se muestra o se comporta de determinada manera, o con determinados comportamientos.

En unos casos existe una conciencia de problema, en otros, no existe en absoluto, y la persona puede manifestar que el problema son los otros, depende del tipo de diagnóstico, de la gravedad de los síntomas, entre otros factores.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Obtener un correcto diagnóstico es esencial para el tratamiento de trastornos de personalidad, y el diagnóstico es, en ocasiones, difícil de realizar, porque está basado en la observación que se realiza por parte de los profesionales de salud mental.

EXPECTATIVAS Y PRONÓSTICO

El pronóstico varía, dependiendo de una gran cantidad de circunstancias (gravedad del trastorno, tratamiento…) pero se entiende que estos trastornos son crónicos.

TIPOS

En el DSM-IV, se distinguen diez tipos de trastornos de personalidad, reunidos en tres grupos (A, B, y C) por las similitudes de sus características:

A:

  • Paranoide (desconfianza excesiva o injustificada, suspicacia, hipersensibilidad y restricción afectiva).
  • Esquizoide (dificultad para establecer relaciones sociales, ausencia de sentimientos cálidos y tiernos, indiferencia a la aprobación o crítica).
  • Esquizotípico (anormalidades de la percepción, del pensamiento, del lenguaje y de la conducta, que no llegan a reunir los criterios para la esquizofrenia).

B:

  • Antisocial (conducta antisocial continua y crónica, en la que se violan los derechos de los demás, se presenta antes de los 15 años y persiste en la edad adulta).
  • Histriónico (conducta teatral, reactiva y expresada intensamente, con relaciones interpersonales marcadas por la superficialidad, el egocentrismo, la hipocresía y la manipulación).
  • Narcisista (sentimientos de importancia y grandiosidad, fantasías de éxito, necesidad exhibicionista de atención y admiración, explotación interpersonal).

Dentro de este grupo (B), el más importante, por ser el más común de los trastornos de la personalidad, es el TRASTORNO LÍMITE DE PERSONALIDAD, que se caracteriza primariamente por inestabilidad emocional, pensamiento extremadamente polarizado y dicotómico y relaciones interpersonales caóticas.

También incluye una inestabilidad generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad.

Más ampliamente, estos son los tipos de síntomas acerca del Trastorno Límite (no es necesario presentarlos todos para determinar si se padece Trastorno Límite de Personalidad, eso lo debe decidir un profesional):

Síntomas afectivos

  • 1.- Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días).
  • 2.- Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlarla (p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
  • 3.- Sentimientos crónicos de vacío o inutilidad.

Síntomas impulsivos

  • 4.- Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de automutilación.
  • 5.- Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por extremos de idealización y devaluación.
  • 6.- Impulsividad en al menos dos áreas que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida).

Síntomas interpersonales

  • 7.- Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado.
  • 8.- Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable.

Síntomas cognitivos

  • 9.- Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.

C:

  • Evitativo (hipersensibilidad al rechazo, la humillación o la vergüenza; retraimiento social a pesar del deseo de afecto, y baja autoestima).
  • Dependiente (pasividad para que los demás asuman las responsabilidades y decisiones propias, subordinación e incapacidad para valerse solo, falta de confianza en sí mismo).
  • Obsesivo-compulsivo (perfeccionismo, obstinación, indecisión, excesiva devoción al trabajo y al rendimiento; dificultad para expresar emociones cálidas y tiernas).

Este grupo se caracteriza por un patrón penetrante de temores anormales, incluyendo relaciones sociales, separación y necesidad de control.

También hay personas que padecen una serie de síntomas que no se encuadran completamente en ninguno de estas categorías, se hablaría en estos casos de trastorno de personalidad no especificado.

TRASTORNO BIPOLAR

El Trastorno Bipolar, anteriormente denominado Psicosis Maniaco-Depresiva, está incluido dentro de los trastornos del estado de ánimo. Podemos definir el trastorno bipolar como una enfermedad crónica en la que se produce una alteración de los mecanismos bioquímicos del cerebro que regulan las emociones y el humor y dónde aspectos de carácter psicológico y social son relevantes para determinar su pronóstico y la evolución de la persona afectada. Las personas experimentan alteraciones en el estado de ánimo y en la conducta, con una importante repercusión en su vida cotidiana y la de su familia.

La enfermedad se presenta en diferentes episodios:

  • EPISODIO MANIACO: La persona está eufórica, su actividad física y mental diaria aumenta de manera patológica.
  • EPISODIO HIPOMANIACO: En esta ocasión la persona también presenta síntomas de manía, pero la intensidad es menor.
  • EPISODIO DEPRESIVO: La persona se encuentra muy triste, muy desanimada, y su actividad diaria se ve afectada.
  • EPISODIO MIXTO: En estos episodios la persona vive síntomas maníacos y depresivos alternativamente. La persona se puede sentir eufórica pero a la vez no tener vitalidad, o por el contrario, tener un ánimo depresivo y estar muy activo.

El cambio de una fase a otra (de manía a depresión) es variable y como se ha dicho, entre estas fases hay periodos de estabilidad. La frecuencia varía de una persona a otra.

Según los últimos estudios, el trastorno bipolar aparece aproximadamente en el 1,2% de la población general, teniendo la misma incidencia en hombres que en mujeres. Pero debemos destacar los estudios que informan que los hombres tienden a presentar un número parecido de episodios maníacos y depresivos y las mujeres, en cambio, suelen presentar mayor número de episodios depresivos.

El trastorno bipolar es una enfermedad crónica, pero con un adecuado tratamiento, las recaídas pueden disminuir y la persona puede intentar conseguir una mejor calidad de vida.

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