Hoy, 25 de noviembre, (día en que el mundo entero denuncia la violencia contra las mujeres) y el resto de nuestros días, nosotras, mujeres con problemas de salud mental grave, salimos de las sombras. No somos invisibles. No somos voces apagadas. Somos un grito ensordecedor que exige justicia, dignidad y respeto.

Hoy y siempre queremos romper con el estigma y reclamar lo que nos pertenece: una vida libre de violencia, no más silencios institucionales, no más indiferencia social, no más mujeres vulneradas, maltratadas, violadas y asesinadas.  

Ser mujer y vivir con un diagnóstico de salud mental no es solo una lucha interna, es sobrevivir en una sociedad que constantemente nos pone a prueba, que nos desprotege, que nos mira con prejuicio. Una sociedad aclimatada a la violencia, que busca callarnos y que mira hacia otro lado cuando quizás estás en un pozo del que, “si no te sacan, no puedes salir”. Cada una de nosotras lleva cicatrices invisibles, que cuentan historias de lucha y supervivencia, pero también de coraje, de valentía y de resistencia. Llevamos las cicatrices de Ana, de Marta, de Giselle, de Nagore, de Rocío o de Sonia y por eso, aquí estamos, dispuestas a romper el silencio y a decir que SE ACABÓ.

Hoy y siempre luchamos por nuestros derechos, luchamos contra el estigma:

Contra el maltrato y la vulneración, la justicia. Exigimos que nuestras experiencias sean enjuiciadas y no minimizadas. A todas las mujeres que estáis pasando por un momento difícil, “yo sí te creo, no estás sola.”.

Contra el desconocimiento, la formación y la sensibilidad del sistema judicial y sanitario. Pedimos encarecidamente que quienes tienen en sus manos la capacidad de ayudarnos se especialicen y se enfrenten a las realidades diversas con sensibilidad y buen juicio.

Contra la inseguridad, espacios reales de apoyo y de confianza, donde podamos sanar sin miedos.

Contra la exclusión, el lenguaje respetuoso, la educación, la visibilidad, el acceso al tratamiento y recursos, el apoyo desde instituciones, espacios de participación activa.

Contra el miedo, la protección. Reivindicamos que se implementen políticas que entiendan nuestras necesidades, aseguren y cuiden de nuestra salud mental, de nuestros bienes, de nuestra libertad, de nuestras madres, de nuestras hijas, de nuestra vida.

Contra el silencio, NUESTRA VOZ.

Contra las violencias machistas, la REVOLUCIÓN.

Permaneceremos unidas por la justicia que buscamos, por el respeto que merecemos y por la libertad que no negociaremos, por todas las que ya no están y por las que persistimos. Somos el cambio, por eso, hoy y siempre alzaremos nuestra voz, porque el silencio nunca será una opción.

Puedes descargar el manifiesto desde este enlace.

Infografía-ASIEM-eliminar-violencias-machistas-entornos-laborales
Infografía-ASIEM-eliminar-violencias-machistas-entornos-laborales
Ir al contenido